También llamada cueta, es uno de los embutidos cocidos de cerdo más populares, apreciado por su sabor suave.
Para hacer la butifarra blanca se hace cocer las asaduras y los corazones, y cuando ya son cocidos se trinchan junto con las puntas de la ventresca que quedan y un poco de tocino grasa. Se aliña con sal y pimienta. Se embute con la tripa o piel delgada del cerdo, se liga en forma de anillo y se hace cocer en la caldera. Se suele presentar en piezas de 20 a 30 cm de largo y coge un color beige-grisáceo.
Se comercializa en casi todas las charcuterías del país. Los hay de artesanales, que se venden en las tiendas de elaboradores de embutidos, o de industriales, que se pueden encontrar en todo tipo de establecimientos de alimentación.
Elaborado a base de carne, grasa y menudillos del cerdo, es un alimento muy energético, rico en proteínas de alto valor biológico y vitaminas del grupo B. Por contener el corazón del cerdo, se convierte también en una excelente fuente de vitamina B12 y de hierro. Dentro de una alimentación variada y equilibrada, su consumo ocasional es totalmente aconsejado.